lunes, 6 de julio de 2009

(2) Una casa finlandesa cerca de los Alpes Julianos

Los Tuma parecen una gente estupenda. Poco antes de las cuatro de la tarde del domingo llegábamos al aeropuerto de Liubliana (voy a decantarme por la grafia castellana) y Tadej nos esperaba él solo. En su todoterreno nos llevó hasta la casa que nos han dejado para las vacaciones y allí estaba toda la familia: su mujer, Tanja, y sus hijos Samo, varón, de 20 anos, y Katja, de 18. En ese momento supimos que su plan de viaje empezaba en un rato; primero iban a enseñarnos la casa, después tomaríamos algo todos juntos y al momento saldrían para Vigo con un esquema un tanto raro. Conducirían toda la noche hasta Toulouse, donde habían reservado habitación en un B&B; por sugerencia nuestra, descansarían, verían la ciudad, dormirían esta vez por la noche y en la mañana del martes saldrían para Vigo. Si se cumplen sus planes llegarán a media tarde. La explicación a este desbarajuste es su miedo a circular de día por las autopistas del norte de Italia y también a posibles atascos en las de Francia. En la foto siguiente estamos los seis aunque el encuadre queda un poco raro al estar hecha de forma automática. 
Durante un rato recorrimos la casa recibiendo todo tipo de explicaciones. Es una vivienda tan encantadora como parecía en las fotos y muy cómoda, en su totalidad de madera, que compraron por Internet en Finlandia. Anteriormente tenían en este lugar otra, una antigua casa de campo que se les quemó por un problema con la chimenea. Esta la han hecho hace dos años. En la planta baja tiene un salón-cocina, baño con sauna y un dormitorio. Arriba, una habitación con dos camas-nido, una salita con televisión por satélite (tenemos la gallega, las demás autonómicas y la española internacional, y una terraza. También un sótano, una barbacoa en un lateral y mucho espacio. Está en un lugar aislado, con un único vecino a unos cientos de metros. Y nada más: prados verdes, bosques de abetos, vacas y silencio. Desde el porche cubierto estamos empezando a disfrutarlo todo.
La cena fue muy agradable. Habían preparado una comida típica, un gulash con una especie de gnoccis caseros de patata. Estaba muy bueno. Abrieron una botella de vino italiano y charlamos de los intercambios, de los estudios de los chicos y de la vida aquí. Nos llamo la atención que sus hijos no solo fueran con ellos de vacaciones sino que lo hicieran encantados. Samo estudia informática y Katja empezará en septiembre medicina. Son buenos estudiantes, especialmente ella. También aprovechamos para darles alguna información de nuestra casa. Fue un detalle por su parte dejarnos el coche ya que ellos no precisan el nuestro.
Hasta ahora no hemos hecho otra cosa que instalarnos y visitar esta mañana Logatec, el pueblo más cercano, de unos 8.000 habitantes, especialmente para hacer la primera compra. Está limpio, cuidado y el nivel de vida parece similar al nuestro.

En limpieza, orden y urbanismo lamentablemente nos dan muchas vueltas. Tememos que les impacte el feismo de Galicia y nuestra afición a las uralitas, las casas a medio hacer, los cierres con materiales horribles de desecho y a llenar el mundo de basura y trastos. Por lo visto hoy, y ayer al venir del aeropuerto, esto es otra cosa.

También hemos comprobado que, a pesar de que la temperatura es buena de momento llueve bastante y con tormentas. Nos cayó una viniendo del aeropuerto y esta mañana amaneció con sol y calor, pero en Logatec empezó a diluviar y no ha parado. Ya veremos si podemos darnos hoy el previsto paseo por el monte. Por lo demás, en la casa entramos descalzos y como mucho usamos zapatillas. Vimos que ellos lo hacían como sistema para no estropear la madera. Nos da la impresión de que tienen un gran cariño por esta casita de cuento. Procuraremos no estropeársela. Esta es una vista desde la casa en el momento en que ha dejado de llover.

Nuestro plan para hoy es tranquilidad absoluta, lectura y paseo si el tiempo lo permite. Mañana por la mañana nos acercaremos a Liubliana (aproximadamente a una hora de camino) y estaremos allí hasta que nos toque ir al aeropuerto a recoger a Maribel y Carlos, más o menos a las cinco de la tarde. Así que, de momento, todo estupendo.

Finalmente, el tiempo ha mejorado y durante tres horas hemos recorrido a pie los alrededores. La verdad es que ha sido de lo mas bucólico. La gente sonríe y saluda y, sobre todo, hemos despertado el interes de las vacas que nos miraban e incluso nos seguían con mucha curiosidad.
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El paisaje nos recuerda mucho al sur de Austria, donde estuvimos un verano. Es curioso que en medio del campo hay montones de capillitas o incluso esta imagen de la foto, colgada de un árbol
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Esta última foto de Juanma está tomada en Zavratec, la aldea mas próxima a nuestra casa que, por supuesto, no aparece en los mapas.

1 comentario:

  1. He notado cierto rentintín con lo de "nos sorprendió que sus hijos no sólo les acompañasen sino que lo hiciesen encantados"....a ver, si yo sólo falté en una ocasión!!y no creáis que os habéis librado de mí, habrá ocasiones en las que os "acompañaré encantada", no os preocupéis!
    Qué pasada de sitio.
    Muas,
    Milena.

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