jueves, 16 de julio de 2009

(8) La garganta de Vintger y nueva invitada



Hoy nos buscamos una excusa para acercarnos otra vez a Bled y deleitarnos con el lago. Aprovechando que se iban Maribel y Carlos tempranito y Marian no llegaba hasta media tarde nos escapamos entre medias al lago más famoso del país. A las siete de la mañana ya andábamos a vueltas por la casa y a eso de las nueve desayunamos en el aeropuerto y nos hicimos la foto de despedida.Lo hemos pasado estupendamente juntos.
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A continuación nos dirigimos hacia Bled y desde allí nos desviamos a la garganta de Vintgar, 4,5 km. al noroeste. Es un barranco por el que circula el río Radovna de 1,6 kilómetros de longitud, que se recorre en gran parte por una pasarela de madera ya que de otra manera seria imposible.

De nuevo hacía mucho calor, pero en la profundidad de la hendidura disfrutamos de un fresco muy agradable.

Como ocurrió en la cascada de Savica cobraban entrada, aunque esta vez en castellano nos enteramos de que "solo" era una contribución para su mantenimiento. Nos quedó la duda de si era obligatorio el pago pues nadie vigilaba expresamente que los visitantes llevaran el ticket. En fin, sin la menor duda los cuatro euros de cada entrada estuvieron bien empleados.

En un punto de la misma garganta encontramos un grupo de mujeres eslovenas que debían formar parte de un coro y se pusieron a cantar lo que parecían canciones tradicionales con estupendas voces.

De aquí nos fuimos a Bled expresamente a chapuzarnos. Nos instalamos en la playita del camping y Ana de inmediato se lanzó al agua para ir nadando a la isla del centro de lago. Tardó algo mas de una hora en la epopeya, descontando unos quince minutos de descanso en la isla en los que pegó la hebra con unos holandeses. Al volver, Juanma enfiló hacia la isla sin tener claro si sería capaz, aunque al final también lo fue. Por motivos logísticos (alguien tenía que cuidar al bolsa con las pertenencias y las llaves del coche) desistimos de hacerlo juntos.

El programa del día estaba un poco apretado, por lo que a las tres nos acercamos al restaurante del camping a comer y una vez mas la relación calidad/precio fue excelente. Compartimos una ensalada estupenda que incluía pollo al grill y un plato de gnoccis a la istriana (o algo asi) que con la caña de medio litro y un agua no llegó en total a los veinte euros... en un centro turistico de primera y en un lugar muy agradable al aire libre pero a la sombra. Lo de la sombra era imprescriptible pues hacía calor, como también lo había hecho el lunes cuando dormimos en Zasip, cerca de Bled. En su momento olvidé relatar un detalle que deja en evidencia que el fusible del termostato de Maribel funciona de manera diferente al de la mayoría de la humanidad. Una vez instalados unos y otros en sus respectivas habitaciones, Maribel propuso un cambio ya que la que le había tocado en suerte ERA MUY FRIA (el 13 de julio). Pese al cambio, le dijo al encargado que necesitaba encender la calefacción y así estuvo varias horas. Increíble, pero cierto.
Después de comer salimos pitando en dirección al aeropuerto para buscar a Marian.

Compramos en un Mercator de Kranj, de camino, y después zumbando para Brnik a esperar la llegada de nuestra amiga. Al final fue ella la que nos esperó por dos motivos bien distintos: nos perdimos a la salida de Kranj (el GPS se negó a indicar el camino por tercera vez en esta zona) y un amable policía de tráfico tuvo a bien pararnos. Estaba en un estrechamiento de la autopista a un solo carril por obras manejando un aparatito que ya habíamos visto otras veces. Al pasar a su lado nos detuvo para explicarnos que veníamos a 102 cuando por las obras el límite era 80.Tras el soponcio inicial empezamos a tranquilizarnos. Dijo que habíamos cometido dos infracciones por las que había que pagar 150 euros (no sabemos cual era la segunda ni mostramos interés en saberlo) pero que solo iba a cobrarnos una. El importe de la multa eran 50 euros "pero pagándole a él quedaba en la mitad". Nos sonó el discurso a conocido por un incidente similar en Montenegro el año pasado, pero esta vez la cosa tiene visos de haber sido en serio. Tras enseñarle la documentación del coche y del conductor, rellenó el boleto de la multa con todo tipo de datos y sellos, le pagamos 25 euros y vía libre. Aunque para las tarifas españolas fue barato, a partir de ahora extremaremos el cuidado, especialmente mañana que vamos a ir con Marian a Zagreb.

Esta es Tashka, o algo parecido, una gata a la que alimentamos a diario y a la que no debemos dejar entrar en casa, según las instrucciones de los dueños. El primer día no se acercaba mucho pero ahora ya no se nos despega. Así Maribel, que le tenia mucho cariño, se puede acordar de ella.

4 comentarios:

  1. Papá!!!! Quién iba conduciendo???? Si es que no se os puede dejar solos!!!! ya no os llega con perder los puntos en España?!?!?! Qué vergüenza....
    Bueno, si queréis ver mi nuevo look podéis visitar el blog de Tanya http://ocarallovintenovexanoneunhabroza.blogspot.com

    besitooooos

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  2. Yo apoyo a Maribel y su termostato!! cómo la entiendo!Papi cuidado con las multas de velocidad...ejem (ya sabes), mami, cuidado con las travesías!!qué loca!a Marián también la vais a hacer nadar hasta el islote? :) 1 beso, Marián!
    Hala, a seguir pasándolo bien!

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  3. Bego! qué fuerte! qué te has hecho!

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  4. saludos pa todos, Home at last! llegamos a las 11,30 da noite a Portugal, por tanto, a la 1,00 a casa pq paramos a cenar a la salida de Oporto. Bueno que te "acojanaste" de nadar hasta la isla (excusa:guardar la ropa) y lo de la conduccion tiene "bemoles": no me creo que te pusieran una multa por correr, si el coche no pasa de 80 Km/h y el poli es primo mio y vamos a medias. Besos. El domingo nos vamos a Villardeciervos y alli no llega ni Internet ni moviles pero si la "manga ancha". Otros besos

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