domingo, 12 de julio de 2009

(6) Aventura en la espesura (o perdidos en el bosque)

¿Qué haríais si llegarais al final del camino en un bosque extenso en el que no se ve a nadie? Sin duda alguna, dar media vuelta y buscar la manera de recobrar el paseo. Otra opción es seguir adelante campo a través pese a las dificultades para evitar el retroceso. En tal caso está casi garantizado que puede haber problemas, como ayer nos sucedió a nosotros y más adelante contaré.

De entrada explico que decidimos dedicar el fin de semana a recorridos, preferentemente a pie, por las zonas cercanas a nuestra residencia. Sábado y domingo son los días en que se mueve todo el mundo y las carreteras se saturan. Las ciudades sin actividad y con los comercios cerrados no son lo mismo. Como a fin de cuentas vamos a estar tanto tiempo aquí podemos organizarlo a nuestro gusto y así lo hacemos. Por eso el sábado nos levantamos con calma y tras desayunar y prepararnos unos generosos bocatas salimos a recorrer el mundo mas próximo a pie. Aquí estamos a punto de salir.

Tras varios días utilizando el coche es un placer olvidarte de el y más en una jornada templada, sin rastro de lluvia, con alternancia de sol y nubes.

A las once estábamos ya caminando y nos dirigimos al vecinos pueblo de Zavratec en una de cuyas casas se tomó la foto siguiente

y desde allí al bosque por uno de los abundantes senderos. Aunque desde fuera da la impresión de que las montañas son lineales, lo cierto es que en cuanto te internas en la espesura empiezan las subidas y las bajadas con profundos e inclinados terraplenes llenos de árboles a los lados.

Con frecuencia al llegar al fondo de lo que podemos considerar barrancos arbolados hay riachuelos alimentados de regatos por las laderas.

Creo que por las fotos es posible hacerse una idea de lo atractivo de unos bosques en los que casi no se aprecia presencia humana: aunque hay muchos abetos y pinos hay también una gran variedad de hayas, castaños, nogales, álamos y otros que no tenemos identificados. Es un bosque antiguo con ejemplares de enorme tamaño que impiden la llegada del sol y un sotobosque que permite pasear y disfrutarlos visualmente en medio de una extraña luz de anochecer. Aquí, en una especie de bajo tierra, existe una gran humedad y plantas silvestres con hojas gigantescas que parecen tropicales. Cuando acaba el bosque le toca el turno a grandes prados de hierba llenos de florecitas, un verdadero disfrute.

Tras un rato de paseo se nos acabo el sendero y dimos la vuelta. Terminamos en un pueblecito y volvimos a internarnos en el monte. De nuevo termino la senda y, cansados de no poder seguir, levantamos el pastor eléctrico que nos bloqueaba. Claro que la valla no era gratuita y al poco rato comprobamos que ladera arriba pastaba una manada de vacas a las que nada les impedía acercarse a nosotros. Valientes como cualquier urbanita, pusimos pies en polvorosa. De nuevo retomamos el camino y cuando se bifurcó elegimos una de las dos opciones; al terminar fuimos a la otra, pero al rato de nuevo acabó.

El capitán Pescanova que abría la marcha, al que coloquialmente conocemos por Carlos, optó por seguir sin dudar. Bajamos la loma, cruzamos un riachuelo con trabajo, y ascendimos por el lado contrario. Campo a través versión bosque seguimos avanzando con dificultades. Cuando quisimos darnos cuenta estabámos perdidos y era imposible discernir por donde podía estar una salida. Lo peor era que hiciéramos lo que hiciéramos las dificultades eran cada vez mayores: al subir las laderas resbalábamos sobre una ancha capa de hojas húmedas. A mayores, los abundantes troncos y ramas caídos no servían para nada pues al pisarlos se partían: estaban totalmente podridos.

No es cuestión de dar muchos detalles pues tampoco estabámos en el Matto Grosso y no se puede pensar que hubiera peligro alguno. Pese a ello hubo quien imaginó que podríamos tener que pasar la noche allí. Lo evidente es que hubo resbalones y algun trompicón, y que el riesgo de caer ladera abajo en un traspiés era muy real. Al ver las fotos da la impresión que íbamos con cuidado porque si; la fotografía en este caso no hace justicia a las dificultades.

Para poner punto final resumiré que al cabo de hora y media perdidos en la espesura y sudando como patos por el esfuerzo llegamos a un gran prado en pendiente. Una vez arriba con alivio comprobamos que había un camino y que metros mas arriba pasaba una pista. En ese momento recuperamos el apetito, nos zampamos el bocadillo. Algunos, relajados tras el esfuerzo, hasta nos echamos una siestecita.

De inmediato nos pusimos en camino.... POR LA CARRETERITA. Ni de coña nos planteamos volver al bosque pese a que no sabíamos por donde andábamos. A las cinco de la tarde, dos horas y media después, llegábamos a casa muy contentos después de dar una gran vuelta. En total fueron unas seis horas de caminata.

De camino tuvimos que pedir agua a unos vecinos (la gente es muy amable y la gran mayoría habla algo de inglés) y nos hartamos de ver una especie de silos caseros abiertos que utilizan para almacenar la madera y secar la hierba. Los hay de todo tipo de tamaños y estilos y pensamos que en España no existen en ningún sitio.


DOMINGO DE IGLESIA Y "GOSTILNA"

El día de hoy, domingo, también estaba previsto para paseo pero utilizando el coche. aunque no mucho. Para no perder las buenas costumbres, empezamos con opíparo desayuno en el que tenemos mermelada de moras y grosellas caseras.

En primer lugar nos planteamos llegar sin esfuerzo a una iglesia que corona un monte situado frente a nuestra casa, pero a distancia. El sábado nos sirvió de orientación para regresar y quisimos ser agradecidos.

Tras dar algunas vueltas llegamos a la conclusión de que solo había una pista peatonal y ascendimos a patita. Fue una buena cuesta pero mereció la pena: la vista era magnífica y desde allí al final localizamos nuestra casa.

La iglesia esta dedicada a los Tres Reyes (no sabemos cuales) y al lado existe un cementerio donde dos paisanas se afanaban limpiando una sepultura. El trabajo no es sencillo pues en su mayoría están convertidas, toda o parte, en un gran tiesto con abundancia de flores y plantas. En general los cementerios están muy cuidados, cuidadísimos, y ya hemos visto unos cuantos. Aquí estamos tan felices después de coronar la cumbre. Por cierto que nuestro grito de guerra, mas bien de foto, sigue siendo "Porota". Sin explicaciones.

Por lo demás, la dura ascensión a la Iglesia nos dejó imágenes muy bucólicas.


De allí decidimos dirigirnos a Idrija, un pueblo próximo que desde el primer día tenemos pendiente. Antes buscamos donde comer y en la carretera vimos una "gostilna" que nos llamó la atención. Eran mas de las tres pero no nos pusieron pega alguna para comer; todo lo contrario, los dos camareros fueron excepcionalmente amables y también controlaban en inglés.

Estabámos al aire libre pero en mesa con mantel y servilletas de tela, cubiertos por un gran toldo, con la vista del monte y un gran prado y en este tipo de establecimientos, que creemos abren de forma continuada de la mañana hasta la cena (de aquí, hasta las nueve o así) además de la comida te sirven una cerveza o un helado. Comimos de maravilla y a un precio más que asequible: sopa de champiñones (dan sopas en todos los sitios), filete de ternera o pollo con guarnición de patatas asadas y una rica salsa, una gigantesca ensalada con maíz, col, achicoria y otras cosas. Más dos cervezas enormes y agua mineral no llegó a 15 euros por cabeza. Desde allí nos dirigimos a Idrija, una ciudad con mas de 500 años de historia y 6.200 vecinos. Un río canalizado y limpísimo la atraviesa entera.

El pueblo tiene unos edificios que dan prueba de su pasada importancia, un castillo convertido en museo, un centro de bordado muy famoso y una gran limpieza, como observamos por todos los lados.

Supimos de la existencia de un paseo hasta un lago, de unos cuatro kilómetros, y nos animamos pese a que teníamos prisa y fue un acierto: el camino discurre por un bosque que ha sido declarado paraje de interés natural y junto al camino discurre un canal de agua que desde una presa en el río llevaba agua en el pasado a las minas de la localidad.

Aunque hacia calor en el pueblo, allí debajo, donde tampoco llegaba el sol, se notaba un gran fresco. Una señora se ofreció a conducirnos al final hasta el lago, para lo que había que desviarse. Es probable que volvamos al pueblo a conocer el interior de la mina que le dio fama. Según la guía, explotaron hasta no hace mucho unos importantes yacimientos de mercurio, los principales de Europa después de los españoles de Almadén. Lo han convertido en museo, y se puede visitar una galería bajando a veinte metros de profundidad. El símbolo de la mina eran dos martillos.

INCIDENTE CASERO

Y de regreso a casa para llegar antes de las nueve. A esa hora debía aparecer un operario enviado por el dueño de la casa. Motivo: por la mañana nos quedamos sin agua cuando Ana iba a entrar en la ducha y decretamos zafarrancho general. Prueba por aquí, prueba por allá y la conclusión de que teníamos que hablar con Tadej. Tras la llamada telefónica inicial empezó la correspondencia vía email que incluyó el envío de fotos por Internet para darnos instrucciones sobre la bomba que traslada el agua de un gran depósito que, por cierto, estaba a rebosar. No hubo solución y quedó en venir un operario por el día y otro a las nueve de la noche.
Cuando llegamos a casa ya teníamos agua y en un email de Tadej nos informaba de que el primer operario lo había resuelto por el acreditado sistema de que se utiliza frecuentemente en informática. Para ello le dio unos meneos a la bomba, aunque no se sabe lo que durará el apaño. Si vuelve a fallar, Tadej mandara instalar otra aunque dejo claro que la actual es de buena marca y lleva funcionando solo año y medio. En fin, cosas del intercambio de viviendas que nos recordó lo ocurrido hace unos años en Suecia. Alguno se acordará del llamado "bosque del alivio". El caso es que de momento ya estamos todos duchados y preparados para irnos mañana prontito de excursión a los Alpes Julianos, aproximadamente a unos 100 km de aquí. Hemos reservado hotel para un día y allí retozaremos por los lagos Bled y Bohinj que parece ser que son maravillosos.

2 comentarios:

  1. Observo que las entradas son cada vez más emocionantes...el bosque me ha encantado!
    Besos

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  2. Bien bien, una vez instalada en mi resi me sumo a los comentarios y las lecturas diarias de este vuestro blog. Todo muy entretenido pero tenéis que perfeccionar un poco las fotos automáticas con la cámara en las que salís los cuatro que siempre sale la raya del coche y queda muy cutre!!!
    bikos

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